Sobretítulos y accesibilidad en el Teatro Real

Acudir actualmente a una ópera y no entender lo que están diciendo los cantantes es algo impensable. Sin embargo, lectores más veteranos posiblemente recuerden que hasta finales del siglo pasado no existía el sobretitulado encima del escenario. Cuando se acudía a una ópera, era indispensable conocer la obra para disfrutarla en toda su plenitud. Pero imaginemos cómo podía afrontarse un título que no estuviera en el canon habitual, o un estreno del que sólo se tuviera la información que aportara el programa de mano.

Para atajar estos inconvenientes, en el año 1983 se utilizaron por primera vez los sobretítulos en el O’Keefe Centre de Toronto. Durante las representaciones de Elektra, de Richard Strauss, La Canadian Opera Company puso a prueba este nuevo sistema. Desde entonces el resto de teatros del mundo siguieron su ejemplo y todos hemos disfrutado de las ventajas que este sistema aporta. ¿Pero qué hay detrás de él?; ¿qué personas se encargan de su elaboración?; ¿cómo se ha adaptado su tecnología para hacer la ópera más accesible a las personas con discapacidad sensorial? A través de este artículo queremos dar respuesta a estas preguntas y mostrar cómo se lleva a cabo todo este proceso en el Teatro Real.

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Los sobretítulos

Para conocer cómo funciona el sobretitulado en el Teatro Real y qué personas colaboran en su elaboración, contactamos con Fernando Valiente, que es el responsable del departamento de audiovisuales.

 Fernando nos comenta que lo primero que se realiza es la traducción del libreto. Ésta la hace Glòria Nogué desde Barcelona, y una vez que la tiene preparada nos la envía en un fichero que nosotros introducimos en el sistema informático. Glòria también se encarga del aspecto que tendrá el texto en la pantalla y cómo se producirá la transición entre un rótulo y otro. Es decir, si se hace un fundido, si se hace un corte, a qué velocidad aparece la siguiente frase, etc. Es una labor muy importante, ya que el paso del texto debe producirse de manera fluida, sin distraer la atención del espectador. No obstante, el director de escena está en permanente contacto con ella y puede corregir algo que no le guste. El propio Teatro Real también puede pedir que se realice algún cambio.

Una vez que se ha realizado la traducción y se ha decidido cómo serán las transiciones de los rótulos, llega el turno del sobretitulador durante el ensayo general y las funciones. Éste se encuentra en una sala en la que va siguiendo la obra a través de la partitura y al maestro a través de una pantalla. Mientras, se va encargando de pasar los rótulos que aparecen encima del escenario con la barra espaciadora del teclado. Es un trabajo que necesariamente tiene que hacerse en directo, ya que no en todas las funciones el maestro lleva el mismo tempo, y si se hiciera de manera automática no habría sincronización entre el sonido y los sobretítulos.

Ya desde un punto de vista técnico, Fernando Valiente nos explica que el departamento de audiovisuales se encarga de incrustar la salida de televisión para que los sobretítulos se puedan ver también en las pantallas que hay en la sala, incluidas las doce de tamaño reducido que se encuentran colgadas en los palcos.

Una vez que terminan todas las funciones programadas, el fichero con los sobretítulos se guarda en la base de datos a la espera de que ese mismo título vuelva a ser representado en el futuro y les sirva como base para la preparación de las futuras representaciones.

Los sobretítulos para personas con discapacidad visual

La irrupción de las nuevas tecnologías también está generando una importante repercusión en la accesibilidad a la ópera. Desde hace unos años, las personas con algún tipo de discapacidad sensorial disponen de una serie de herramientas que les permite disfrutar del espectáculo. El Teatro Real, desde su departamento de sistemas informáticos, lleva varios años trabajando e innovando para que no existan barreras sensoriales y todas las personas tengan acceso a sus representaciones. Fernando Martínez Cortés, responsable del departamento, es el encargado de explicarnos qué sistemas se están utilizando y desarrollando en el Teatro Real para que el público con alguna discapacidad sensorial no tenga ninguna dificultad a la hora de seguir la función.

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Bucle magnético y radiofrecuencia

Cada vez es más habitual el uso de audífonos e implantes cocleares para mejorar la audición de las personas. Sin embargo, estas tecnologías no siempre son todo lo eficaces que sus usuarios quisieran. En muchas ocasiones se puede oír mucho ruido de ambiente, lo que dificulta la escucha de la música, que es el asunto que nos ocupa. Para abordar esta dificultad Fernando Martínez Cortés nos comenta que el Teatro Real tiene dos sistemas para mejorar la escucha. Por una parte el bucle magnético, que sólo cubre el patio de butacas y el primer anfiteatro. Por otro, el sistema de radiofrecuencia, que en este caso es accesible en todo el teatro.  Éste sistema funciona desde el año 2013 y fue promovido por FIAPAS y la Fundación Especial Caja Madrid.

Aplicación móvil “Teatro Real accesible”

Otro de los sistemas que utiliza el Teatro Real para mejorar la accesibilidad es la aplicación móvil “Teatro Real accesible”. Está dirigida a personas con discapacidad visual. Como nos comenta Fernando, su funcionamiento es muy sencillo. Lo primero que hay que hacer es descargarse la aplicación. A continuación, en la entrada del teatro hay un cartel con un Código QR que es leído por el terminal, descargándose automáticamente todo el contenido de la producción de ese día, que incluye el sobretitulado, la audiodescripción y la sinopsis.

El sobretitulado puede seguirse durante la representación bien a través de la pantalla del teléfono, bien a través de los auriculares en el caso de personas con ceguera absoluta. Pero claro, nos asalta la duda de cómo se hace para que el brillo del teléfono no moleste. Fernando nos dice que cuando comienza la  representación y se apagan las luces, la pantalla baja el brillo para no molestar a las personas que están alrededor o dentro de la caja escénica. Además, el audio sólo funciona si se tienen unos auriculares conectados. Éstos sólo funcionan a un determinado volumen, por lo que no podrán estar demasiado altos.

Además de los sobretítulos, también se tiene acceso a la escucha de la audiodescripción, que consiste en una explicación auditiva de lo que está sucediendo en el escenario. Según nos explica Fernando, aquí entra en escena una persona fundamental por su buen hacer y su dedicación: Antonio Vázquez, de la empresa Aristia. Cuando tenemos el sobretitulado, que suele ser un día antes del estreno, o incluso horas, lo cargamos en la aplicación para que el mismo día del estreno ya se pueda ver. A continuación se lo entregamos a Antonio junto con una grabación del ensayo general. Entonces él, viendo las imágenes y el subtitulado, incorpora su voz en los momentos que no moleste y no perjudique a la compresión de la obra. Es por eso que necesitamos un experto no sólo en audiodescripción, sino también en el conocimiento artístico de la ópera para saber exactamente cuál es el mejor momento para incorporar las locuciones. Se trata de un trabajo muy laborioso, siendo necesarios entre 2 y 4 días para su preparación, por lo que hasta la segunda representación no está preparada. Además Fernando nos hace hincapié en que la audiodescripción debe tener cierto contenido para que el audio no parezca hecho por una máquina, algo que Antonio consigue con su buen hacer.

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El futuro

El departamento de sistemas informáticos del Teatro Real no se conforma con lo conseguido hasta ahora y está en permanente estudio y evolución para seguir mejorando el acceso a la ópera de las personas con discapacidad sensorial. Durante la conversación que tenemos con Fernando Martínez Cortés, nos ofrece en exclusiva para INTERMEZZO información acerca de los caminos que se están explorando e investigando desde el Teatro Real. Actualmente estamos trabajando en realidad virtual. En breve se podrán llevar unas gafas normales con las que se podrá ver el sobretitulado perfectamente, sin molestar a la escena. Con ellas se podrá leer sin necesidad de mover la cabeza. Además, lo que queremos es que también se puedan leer los sobretítulos en muchos idiomas. Para ello estamos basándonos en una herramienta del traductor de Google y así poder traducir el texto en todos los idiomas que deseemos.

Además de lo anterior, y aprovechado la tecnología de realidad virtual de las gafas parecidas a las Google Glass, se está trabajando en poder ver el sobretitulado en colores y así relacionar cada personaje a un color. Hasta ahora, los resultados que hemos obtenido han sido muy buenos.

Evidentemente todos estos desarrollos son costosos, y el presupuesto que el Teatro Real destina para ellos es bastante limitado. No obstante, Fernando nos dice que aunque sea un porcentaje reducido de espectadores el que se beneficia de este servicio, estamos obligados a difundir la cultura a todas las personas. Para ello cuentan con la participación de entidades colaboradoras como Vodafone en el caso de la aplicación “Teatro Real accesible” y Samsung en el de las gafas.

Una vez más nos hemos acercado a los profesionales que participan en la representación de una ópera, y cuyo trabajo resulta fundamental, a pesar de que nos pueda pasar desapercibido. Como hemos visto en números anteriores, nos transmiten su profesionalidad y pasión por hacer de la ópera el espectáculo tan maravilloso que todos conocemos.

Javier Martínez Luengo

Reportaje publicado en el número 44 de la Revista INTERMEZZO

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